jueves, 23 de julio de 2009

Quite esas flores de mi vista




En cuanto a los blandos

En cuanto a los blandos, la justicia no puede reinar entre ellos porque sacan su fuerza de la del Amo. Y si viven en paz es una sombra de paz que cae de lo alto. El capricho del Señor establece entre ellos una jerarquía siempre provisional y que modifica a su placer, por eso impugnan la orden reinante invocando el favor de ayer o el de mañana. Se detestan y pasan el tiempo peleándose, haciéndose las jugadas más sucias, a veces se matan mutuamente bajo la mirada divertida del amo; aun cuando, bajo un puño de hierro, se resignan a tolerarse, no se podría encontrar entre ellos el menor indicio de camaradería. Incluso en ausencia del Señor tienen que pasar por él para comunicarse entre ellos. Y como no están coordinados por la división del trabajo, viven yuxtapuestos. A diferencia de las mujeres de harén, no hacen el amor entre ellos, porque cada uno es para el otro la imagen de sus abyección y "su mal olor". "No es posible amarse en la servidumbre", dicen Solange y Claire, las sirvientas, a las que Genet encarga explícitamente de representar en el teatro a los pederastas pasivos. Traidores por esencia, como veremos, no piensan en traicionar juntos. De uno de ellos Genet escribe: "Le repugna tenerme por compañero en lo abyecto, porque soy para él menos prestigioso que tal otro ladrón, menos brillante". En la traición, como en el amor, el pederasta hembra se queda solo.
Jean-Paul Sartre
"San Genet, comediante y mártir"

viernes, 3 de julio de 2009

Alberto Cortés bajotierra en Tertulia Andaluza

Es joven sí, pero uno de esos jóvenes que forman parte de una generación entre dos aguas, entre dos tiempos, de la que aún no ha perdido la esperanza...

Leer entrevista completa:
www.tertuliaandaluza/cultura/alberto-cortes/

Nosotras no podemos querernos. La mugre no quiere a la mugre