
martes, 23 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No conocemos al enemigo sino por comparación con nosotros mismos: imaginamos sus intenciones por las nuestras, les tendemos trampas en las que sabemos que caeríamos en su lugar y renunciamos a las que habríamos tendido; el enemigo es nuestro hermano gemelo, nuestra imagen en el espejo.
1 comentario:
Pruebas,
Evidencias,
Algo se cuece...
Y me gusta como huele
Publicar un comentario