Clara y Solange jugando a ser diosas en una rueda. El rito es circular. Ellas deciden la rotación y la traslación. Sus pasos son una espiral dónde ellas se distancian y ellas mismas se ahogan, en el centro, en rotaciones concéntricas, para volver a volar y crear el círculo. El círculo es perfecto, inacabable, infinito e inabordable. Sagrado. Y ellas juegan en círculo. Su juego es un círculo sagrado. No acaba. No empieza. Es perfecto.
jueves, 15 de enero de 2009
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