jueves, 14 de mayo de 2009
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No conocemos al enemigo sino por comparación con nosotros mismos: imaginamos sus intenciones por las nuestras, les tendemos trampas en las que sabemos que caeríamos en su lugar y renunciamos a las que habríamos tendido; el enemigo es nuestro hermano gemelo, nuestra imagen en el espejo.
1 comentario:
me encanta. precioso. genial. qué ganas. necesito veros. necesito verlas. xxx
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